perdimos a una más

Natalia Cindra

El #8M recorre el mundo y ahí vamos. Siguiendo la estela del paro más grande del mundo decidimos contactarnos con amigues viajeres, residentes y habitantes en distintas latitudes para hacer públicas sus experiencias. Mientras Natália escribía sobre el 8M en Río de Janeiro, Marielle Franco, negra, favelada, lesbiana y feminista, fue asesinada. Entre lágrimas cambió su texto para dar visibilidad a esta gran e inesperada pérdida.

Iba a escribir cómo este año fue complicado unificar el acto del 8M. Cómo las tantas organizaciones de mujeres de partidos y centrales sindicales, del movimiento estudiantil, autonomistas, socialistas, anarquistas y comunistas hicieron reuniones interminables para conseguir construir unidad en un día tan simbólico e importante de lucha feminista. Cómo esa unidad es importante en medio de tanto retroceso en Brasil, pero no es una tradición de la izquierda brasileña.

Iba a escribir que las cosas por aquí no son fáciles. Que el feminicidio solo crece en Brasil. Que, según datos oficiales, cada 11 minutos una mujer es violada en el país y que, en números absolutos, se estima que al año ocurren medio millón de violaciones. Que ganamos 30% menos en el mercado de trabajo y el 50% de las mujeres pierde sus empleos al volver de la licencia de maternidad. Que hace 2 años la primera y única mujer presidenta del país sufrió un golpe y fue alejada del poder sin siquiera una prueba contra ella, víctima de la mayor campaña sexista nunca vista en el país.

Iba a escribir que, a pesar de eso, el debate sobre el feminismo nunca fue tan popular como ahora. Me atrevería a decir que, a pesar de nuestra frágil e interrumpida democracia, a pesar de tantos intentos de quitarnos derechos –cuando antes la pauta era la ampliación de ellos–, nunca debatimos tanto el combate al machismo. A pesar de la coyuntura, es visible percibir que el debate feminista ha ganado fuerza y visibilidad y que los movimientos de “vote em mulher” –reivindicatorios de votar a una mujer– y las denuncias (como las de las actrices norteamericanas) han tomado la escena.

Iba a compartir con ustedes que en medio de ese contexto contradictorio de retrocesos institucionales y avances en el alcance del debate feminista, las manifestaciones en nuestro #MarzoRebelde y sobre todo en el 8M fueron lindas. Mujeres de todas las edades, animadas, vestidas o no, llenaron las calles de las principales capitales. En Río de Janeiro, incluso bajo la lluvia fuerte, se estima que 10.000 mujeres participaron en el acto.

Iba a enviar todo eso, para compartir las victorias y retrocesos del 8M en Brasil, nuestra situación de resistencia y la madurez del movimiento –incluso con muchos desacuerdos– para construir un acto unificado.

Sin embargo, anoche llegó una noticia abrumadora: fue ejecutada la única concejal mujer negra de la ciudad de Río de Janeiro. “Favelada”, lesbiana y de izquierda, Marielle Franco denunciaba los abusos policiales y la ineficacia de la guerra a las drogas. Fue asesinada al salir de un evento sobre la resistencia de las jóvenes mujeres de la periferia. Ella fue la quinta concejal más votada en Río, aun siendo su primera elección, y ha sido de gran inspiración para mujeres de todos los partidos y movimientos de izquierda, incluso para mí.

La política y el parlamento no se han hecho para nosotras. La hostilidad hacia nosotras es brutal. Ocupar esos espacios en sí ya es audaz, pero Marielle no solo lo hizo. También ocupó otro debate hostil desde hace años: el debate de los derechos humanos y la seguridad pública. La ciudad de Río de Janeiro fue recientemente elegida, arbitrariamente, para estar bajo intervención federal, es decir, intervención militar en el área de seguridad pública. Varias favelas han sido ocupadas por el ejército y ya hay denuncias de abusos de poder. Marielle no se calló. Denunció hasta su muerte el error de esa política pública y la corrupción de los agentes de seguridad. En la víspera de su muerte escribió un artículo preguntando cuántos tendríamos que morir para que esa guerra acabe. No sabemos la respuesta, Marielle. Pero que su muerte no sea en vano. Una mujer de lucha menos. Y ahora, mucha más lucha en su homenaje.

Iba a escribir lo que gentilmente me pidieron pero, en este momento, solo puedo compartir el dolor de las militantes feministas por perder a su compañera y representante en el parlamento municipal. “Ni una menos” nunca tuvo tanta fuerza como ahora. De la lágrima a la lucha. ¡Marielle presente! Hoy y siempre.

***

perdemos mais uma

Ia escrever como foi complicado unificar o ato do 8M esse ano. Como as tantas organizações de mulheres de partidos, centrais sindicais, do movimento estudantil, autonomistas, socialistas, anarquistas e comunistas fizeram reuniões intermináveis para conseguir construir unidade num dia tão simbólico e importante de luta feminista. Como essa unidade é importante em meio a tanto retrocesso no Brasil, mas não é uma tradição da esquerda brasileira.

Ia escrever que as coisas por aqui não estão fáceis. Que o feminicídio só cresce no Brasil. Que, segundo dados oficiais, a cada 11 minutos uma mulher é estuprada no país e que em números absolutos, estima-se que ao ano ocorrem meio milhão de violações. Que faz 2 anos que a primeira e única mulher presidenta do país sofreu um golpe e foi afastada do poder sem nem sequer uma prova contra ela, vítima da maior campanha sexista já vistas no país.

Ia escrever que apesar disso, o debate sobre o feminismo nunca foi tão popular. Ousaria dizer que, apesar da nossa frágil e interrompida democracia, apesar de tantas tentativas em nos tirar direitos – quando antes a pauta era a ampliação deles – nunca debatemos tanto o combate ao machismo. Apesar da conjuntura, é visível perceber que o debate feminista tem ganhado força e visibilidade e que movimentos de “vote em mulher” e denuncias (como das atrizes norte-americanas) tem tomado a cena.

Ia compartilhar com vocês que no meio desse contexto contraditório de retrocessos institucionais e avanços no alcance do debate feminista, as manifestações no nosso #MêsRebelde e sobretudo no 8M foram lindas. Mulheres de todas as idades, animadas, vestidas ou não, encheram as ruas das principais capitais. No Rio de Janeiro, mesmo debaixo de chuva forte, estima-se que 10 mil mulheres participaram do ato.

Ia enviar tudo isso à minha companheira Verônica, para ela traduzir para o espanhol e compartilhar as vitórias e retrocessos do 8M no Brasil, nossa conjuntura de resistência e maturidade do movimento – mesmo com muitos desacordos – construírem atos unificados.

Mas agora a noite chegou uma notícia avassaladora. Há duas horas foi executada a única vereadora mulher negra da cidade do Rio de Janeiro. Favelada, lésbica e de esquerda, Marielle Franco denunciava os abusos policiais e a ineficácia da guerra às drogas e foi assassinada ao sair de um evento sobre a resistência das jovens mulheres da periferia. Ela foi a quinta vereadora mais votada no Rio, mesmo sendo sua primeira eleição, e tem sido de grande inspiração para mulheres de todos os partidos e movimentos de esquerda, inclusive para mim.

A política e o parlamento não foram feitos para nós. A hostilidade conosco é brutal. Ocupar esses espaços em si já seria ousado, mas Marielle não fez só isso. Ocupou também outro debate hostil e que lhe era caro há anos: o debate de direitos humanos e segurança pública. O Rio de Janeiro recentemente foi escolhido arbitrariamente para estar sob intervenção federal, isto é, intervenção militar na área de segurança pública. Diversas favelas têm sido ocupadas pelo exército e já pipocam denúncias de abusos de poder. Marielle não se calou. Denunciou até a sua morte o erro dessa política pública e a corrupção dos agentes de segurança. Na véspera da sua morte escreveu um artigo perguntando quantos teríamos que morrer para que essa guerra acabe. Não sabemos a resposta, Marielle. Mas que sua morte não seja em vão.  Menos uma mulher de luta. E agora, muito mais luta em sua homenagem.

Ia escrever o que gentilmente me pediram, mas nesse momento, só posso compartilhar a dor das militantes feministas em perderem sua companheira e representante no parlamento municipal. “Nenhuma a menos” nunca teve tanta força como agora. Da lágrima à luta. Marielle presente! Hoje e sempre.

Autor

Comments

comments

Dejar un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *