la institución tiene una enfermedad psicológica

Arana Galponera

El fin de semana del 22 al 24 de mayo recibimos la visita del colectivo La Araña Galponera en La Plata, donde realizaron una serie de actividades contactando distintos grupos artísticos locales. Luego, aprovechamos la ocasión para compartir una cerveza y hacerles algunas preguntas sobre arte y educación.

Y la institución tiene no sé qué enfermedad psicológica sería, porque cuando quieren mostrar algo contemporáneo muestra gente que hacen otra cosa que la que enseñan ellos, entonces tienen ahí un problema o hipocresía. Muestran a esos mismos alumnos que son combatidos dentro de las cátedras por sus ideas.”

Boba: ¿Cuál sería el contenido del arte contemporáneo? ¿Hay algún contenido que se pueda enseñar como arte contemporáneo?

Galponero: Me parece que no, que no hay un contenido. Que el conflicto en todo caso es cómo hacés para enseñar algo que es inasequible o deforme. Si entendés el arte contemporáneo como una serie de recursos estilísticos, me parece que ya no es arte contemporáneo, lo estás analizando como un esquema, como una sospecha digamos. Sí se puede encontrar formas o ámbitos pedagógicos que sean más dinámicos y flexibles, pero en el contexto del que nosotros venimos [Mendoza] no es así, y por ahí en lo específicamente universitario es muy difícil llevar este tipo de abordajes, y cuando entran, lo hacen con el tamiz de la tradición de la propia institución. O sea, hay profesores que un día se despiertan con buena voluntad e incorporan cosas que vienen siendo hechas en lo que podría denominarse arte contemporáneo, pero a la vez ese tipo se formó en esa misma institución y no venía poniendo en conflicto su formación, sino que de repente, por buena voluntad, incorpora algo. Esas son las mejores cosas que pasan, si no seguís con la estructura de los talleres disciplinares de grabado, pintura y escultura. Y la institución tiene no sé qué enfermedad psicológica sería, porque cuando quiere mostrar algo contemporáneo muestra gente que hace otra cosa que la que enseñan ellos, entonces tienen ahí un problema o hipocresía. Muestran a esos mismos alumnos que son combatidos dentro de las cátedras por sus ideas.

Boba: Más allá de las instituciones, si ustedes fueran la Universidad de la Araña, ¿para qué enseñarían arte contemporáneo? ¿Es algo que se puede enseñar masivamente?

Galponero: Habría que empezar a discutir qué es el arte contemporáneo, desde dónde cada uno hace el recorte. Sí, nosotros podemos tener, no sé si la escuela de la araña, pero una actitud de por lo menos compartir las preguntas, las estrategias y demás, creo que hay muchas cuestiones que hoy están vistas dentro de lo que sería el arte contemporáneo, que creo que son útiles a la educación en general, como puede ser útil para la vida aprender una operación matemática digamos. Dentro de lo que nosotros hacemos como colectivo, me refiero a las preguntas, los debates y las estrategias. Pero no ha sido una preocupación nuestra si hacemos arte contemporáneo, lo que sí ha sido una preocupación es si vos necesitás decir determinada cosa y para eso tenés que  usar recursos nuevos porque si no nadie te escucharía.

Galponera: Dentro de lo pedagógico, el contenido no es lo que importa sino cómo es la forma, la estrategia para llegar a tu propio problema. En la enseñanza media uno como docente encara esa experiencia desde el trabajo colectivo. El método, la estrategia de trabajo, no sé si es contemporáneo o no, sino es otra forma de recurrir a la educación artística.

Galponero: En nuestro contexto, la institución más importante es la Universidad y no da respuestas a los alumnos que tienen inquietudes. Entonces esos alumnos muchas veces recurren a espacios que terminan siendo más de pupilos. Terminan buscando un maestro para que lo inicie en la vida del arte contemporáneo. Así, para estar en la vida del arte contemporáneo, dan pasos siglos más atrás, saltando las instituciones y siendo pupilos de algún maestro y eso tiene consecuencias después en el tiempo. Tener una relación estable con algún profesor que se dedique a la investigación y que tenga una carrera dentro del arte.

Boba: ¿Cómo fueron sus recorridos? ¿cuáles fueron los espacios de aprendizaje más interesantes? Más allá del aprendizaje que se da en la práctica misma.

Galponero: Todos tenemos el origen en la universidad, ahí nos conocimos. Por otra parte, dentro de la Araña Galponera hemos generado espacios de formación interna, no es sólo praxis en el sentido de ir a aprender a los ponchazos nomás, también es lecturas, o las clínicas internas que son espacio de formación. Ese tipo de reflexiones que por consecuencia de la Universidad no se habla, ya que siempre dicen que la obra habla por sí sola. Se trata de abordar ese tipo de prejuicios que te pegan fuerte y vos al salir un poco y al construir un grupo te ponés en conflicto con eso.

Galponera: También el encuentro con otros, todo los procesos que hemos hecho de salir a buscar otros colectivos y hacer entrevistas, te das cuenta cómo aprendés cuando mantenés esa red. El mantener esos contactos que son medio invisible o depende mucho de cómo te vinculás con el otro vas haciendo un aprendizaje…

Otra galponera: Con cada muestra que hemos hecho también aprendimos. Tratar de escribir un texto en función de la muestra, la forma de escribir, de sistematizar.

Galponera: Como experiencia de aprendizaje y formación que nos tocó, no digo a toda la araña pero a un par, fue hacer un seminario muy cortito de dos días con [Juan Carlos] Romero sobre intervención urbana, previo justo a la formación de la araña. Eso nos abrió un montón.

Boba: ¿El seminario en qué marco era?

Galponera: En el Museo de Arte Moderno, una charla de dos días, sin exposición, en realidad tenías que hacer un trabajo vos, claro él mostró un día diapositivas y al otro día hubo que salir con la propuesta y eso nos marcó. Algo que pudimos seguir poniendo en práctica muchas otras veces.

Galponero: Lo otro fuerte es que cuando decidimos tirarnos un poco al límite dentro de la institución hicimos una serie de asambleas y la última fue en inter-claustro y los profesores creo que lo vivieron como un enfrentamiento a los distintos reclamos que nosotros habíamos podido sistematizar, que implicaban cátedras paralelas o experiencias de ese tipo. Pero sobre todo incorporar la reflexión adentro de la Facultad en el ámbito de los talleres ¿para qué estas haciendo esto que estás haciendo? Y eso fue una de las cuestiones más fuertes porque fue como un corte, los tipos lo vivieron como una ofensa, sólo algunos tomaron notas y nos preguntaron.

Boba: Un corte con la educación formal

Galponero: Sí, un corte de nosotros desde estar poniendo energía en organizarnos ahí y por ahí, ya teníamos ganas de tener una pata más afuera.

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