una ballena sobre mi cabeza

Andrea Iriart

Desde el inicio del recorrido de boba, para reflexionar sobre la educación y la formación en artes en el contexto contemporáneo, entendimos que actualmente existen multiplicidad de espacios en los cuales se enseña y se aprende arte, con distintos objetivos y diversos modos de articularse con el arte contemporáneo. A modo de primera aproximación, seleccionamos una serie de referentes de distintos espacios de formación (formales, no formales e informales) para hacerles unas preguntas. De allí surgió contactarnos con Andrea Iriart del Grupo La Grieta de La Plata. porque consideramos muy valiosa su experiencia en el ámbito de los talleres con chicos y chicas y nos interesaba conocer su postura en relación con estos temas. Los ejes-preguntas que nos guiaron fueron: ¿Qué se puede aprender de arte en tu espacio / a través de las actividades que desarrollás?, ¿Cuál es el sentido (o los sentidos) de enseñar y aprender arte? y ¿Cómo esas prácticas formativas se articulan con el arte contemporáneo?.

Andrea nos compartió este texto.

Lo significativo es atender las señales que están emitiendo esos elementos realizados por los chicos, creo que el alcance poético de esas piezas y lo que se dice en torno a ellas, supera el dossier de las teorías.

Por Andrea Iriart – Grupo La Grieta (La Plata)

Estoy en el Taller de Objetos con Paula Panfili y en el laboratorio de arte Fuera de Cuadro con Fabi Di Luca en el galpón de La Grieta.

Miro el espacio y observo cómo se disponen las paredes, herramientas, máquinas, los materiales, libros e insumos de la enseñanza, es un espacio con esta forma que fue adquiriendo, que está en permanente movimiento y se transforma a ritmo de lo que deseamos.

El espacio-taller de artes visuales para chicos es compartido por diferentes propuestas y producciones durante la semana, esto le impregna un móvil maravilloso que solo sucede acá arriba: un día te vas y has dejado en el cordel 36 trapitos teñidos con cúrcuma porque experimentamos ese método antiguo de lograr el amarillo pero al otro día llegás y hay una ballena de tres metros colgada en el techo.

¿Será transparente para que miremos su interior vacío?

¿Quiénes son los niños que han osado dejarla encima de mi cabeza?

Lo significativo es atender las señales que están emitiendo esos elementos realizados por los chicos, creo que el alcance poético de esas piezas y lo que se dice en torno a ellas, supera el dossier de las teorías.

Sabemos que la ballena es el continente de la idea, los bocetos, los despiezos, la bibliografía, los amigos que nos ayudaron a realizar y que se han utilizado dos rollos de alambre dulce y varios rollos de papel film, es decir, podemos modular la materia hasta lograr una beluga transparente con esqueleto alámbrico. Pero más nos interesan las conversaciones y el agua de las miradas que se sumergen hacia lo invisible porque nos permite imaginar que el animal durante la noche nada tragando otros peces o escucha el rumor del viento en la superficie o que el alumbrado público ingresa y se desparrama sobre su lomo convirtiéndolo en fantasma o simplemente sueñe con ser mariposa como en el cuento chino o tal vez llore porque extraña a sus padres. Nunca sabremos si esto sucede antes o después pero lo cierto es que en un momento estamos todos adentro de la ballena aprendiendo con otros. He aquí el monstruo. He aquí el arte.

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