paraíso sudaca

China Made

Ciudad de La Plata, avenida 44 entre 20 y 21: una pileta en la vereda en plena noche de verano. Entre la gente veo a una chica que se descalza para mojarse los pies con el agua que queda mientras se vacía. Es la China, que me cuenta que un rato antes había llegado control urbano exigiendo que la desarmaran a pedido de unes vecines. Charlamos un poco sobre Súbita, un espacio nuevo en el circuito platense y sobre “Paraíso Fi$cal”, una muestra colectiva organizada por Juan Simonovich que abre las puertas a un edén pagano, de ojotas y pelopincho.

Transcurren los últimos días de un caluroso diciembre, grupos de personas peregrinan de acá para allá entre cierres de muestras, de talleres, despedidas de año y encuentros porque sí. Una de las tantas joyitas que nos regala la ciudad para coronar el cambio de década es la apertura de Súbita, un espacio en avenida 44, que desencaja con el edificio que la escolta. Se trata una perla que alberga producciones de artistas locales, además de ser un espacio de exposición, de reunión, de toma de la calle. Todas las veces que llegué, me di cuenta dónde era por la gente en la vereda.

Esta vez, además de las personas que toman el espacio público, hay una pileta, una pelopincho a medio llenar que es recorrida por algunos pies calurosos. Se siente la fiesta, hay muchas camisas floreadas y mallas. Es un sueño o una farsa, un paraíso en pleno cemento. De un lado una vidriera iluminada, reposeras, la pileta, ensalada de frutas y del otro los micros que pasan indiferentes. Si querés llegar al paraíso a veces solo es cuestión de abrir bien los ojos.
Se trata de Paraíso Fi$cal, una muestra de Juan Simonovich y otres amigues que él invita a participar. Porque sabemos que la obra de Juan siempre es colectiva. Un paraíso sudaca en medio del cuadrado. Cuando existe un paraíso fiscal, hay evasiones, grandes cantidades de dinero que se ocultan al resto, hay secreto bancario. Juan toma ese concepto y lo recrea para el disfrute colectivo, piensa en las vacaciones que casi nadie se puede tomar, en el fin de un largo proceso político que nos devastó, que por suerte se fue, pero nos dejó sin muchas posibilidades de movimiento. Juan simula una isla en la que es posible disfrutar a pesar de las frustraciones, no reniega, recrea y comparte.

Simonovich armó su propio paraíso junto a Lucía Álvarez, Kamil Jáuregui, Emma Milwaukee, MRA y Ms. Bozo. Se trata de imágenes que les artistas produjeron para la muestra y que Juan imprimió sobre telas que cuelgan como banderas. Emma escribió el texto, un cuento atrapante de muchas páginas que se convirtió en el fanzine Estero. Una familia que tiene que vender partes de su cuerpo para poder sobrevivir. Una guerra descarnada a través de los días que termina como casi todo lo que se banaliza, en espectáculo.

El calor sigue, pero se apacigua con el clericó que se sirve desde una especie de palangana. Todes están contentes, aunque no se pueda vacacionar en otros lugares, cambió el gobierno y pudimos armar nuestro propio paraíso fiscal, ese en donde no es necesario ni siquiera el dinero, donde hay pileta, hay arte y hay colectivo a la vista de todes. Juan sabe que juntes es mejor y trabaja hace tiempo para eso, hace y comparte, crea espacios que contienen fantasías que nos resguardan de la voracidad del tiempo que nos exige que seamos productivos y exitosos.



                            
                    

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